Más de un cuarto de siglo ha tardado
Gerry Fialka, un cineasta experimental californiano, en llevar a buen término un ambiciosísimo propósito: un club de lectura de 'Finnegans Wake', el libro de
James Joyce que es famoso no solo por su extraordinaria calidad literaria, sino por la dificultad que entraña abrirse paso por sus páginas.
Pesadilla literaria. 'Finnegans Wake' fue publicado por entregas a partir de 1924, y solo se editó como libro quince años luego, cuando se reveló también su título. Ya desde su primera edición se ganó la hostilidad de críticos y lectores por su dificultad, que hace que en ocasiones parezca estar escrito en un idioma inventado (de hecho, mezcla palabras de unos setenta lenguajes), y con el que Joyce busca reproducir el modo en que los recuerdos se ordenan y reproducen, con palabras de múltiples significados y que intentan desafiar en todo momento las convenciones literarias.
Si la pregunta es "qué es lo que más está leyendo la gente en todo el mundo", solo hay una respuesta: romantasy
Un club especial... Con un propósito y una novela tan especial, está claro que no hablamos de un club al uso. El propio Fialka lo define más como "una performance artística que un club de lectura", y además habla del club como "un organismo vivo". El grupo terminó encontrando un propósito pese a unos meses iniciales de caos y galimatías comparables a las sensaciones que despertaba el propio libro.