"¿Dónde puse yo las llaves?" La
memoria tiene diferentes mecanismos que pueden ser influenciados, para bien y para mal, por el estilo de vida. Desde los alimentos que comemos hasta el tiempo que pasamos sentados o haciendo ejercicio pueden hacer que recordemos mejor ciertas cosas a corto, medio y largo plazo. ¿Pueden 25 minutos en
bicicleta estática hacernos recordar mejor las cosas? La ciencia dice que sí.
El ejercicio físico, beneficia tanto la aptitud física como la cognición. A las más que conocidos beneficios del entrenamiento sobre todo tipo de enfermedades y mortalidad hay que añadir otros efectos menos extendidos, pero igualmente demostrados: la protección contra el deterioro cognitivo y la mejora del rendimiento en tareas que involucran atención, velocidad de procesamiento y función ejecutiva.
Algunas investigaciones han comprobado la relación entre el ejercicio aeróbico y la
memoria, concluyendo que existe un efecto positivo del ejercicio aeróbico en diferentes tipos de
memoria, como la visoespacial, la de recuerdo de historias y la relacional.
Aunque está ampliamente demostrado el potencial terapéutico y de mejora en el rendimiento del cerebro, la barrera del tiempo sigue haciendo que las personas abandonen o no se inicien en la práctica deportiva. Sin embargo, no son necesarias horas y horas de entrenamiento para lograr grandes beneficios ya que se pueden recoger ejercitándonos menos de 30 minutos al día.