El cómic más vendido de la historia (con su correspondiente récord Guinness) no es de Batman, ni de Spider-Man: se trata del primer número de X-Men de la etapa de
Chris Claremont y
Jim Lee. Siendo justos, aquello tenía cierto truco ya que aquel número contaba con cinco portadas que, al juntarse, formaba la impresionante ilustración de los mutantes contra
Magneto. Pero incluso en esas ni matando a Superman -en el sentido literal- llegas a las más de ocho millones de copias vendidas. A Marvel le iba bien, pero Lee no estaba contento. Y no era el único.
El éxito de aquellos X-Men fue y sigue siendo un logro alucinante si tenemos en cuenta que fue en el año 1991, Plata y Bronce del cómic americano y tras el manotazo sobre la mesa que dio DC Comics con Las Crisis en las Tierras Infinitas, pero es que tan solo un año a continuación el propio Lee protagonizará la mayor fuga de cerebros de Marvel y, posiblemente, de la historia del cómic de superhéroes. Y no se fue solo: Todd McFarlane, Rob Liefeld o Erik Larsen, quienes estaban a cargo de las series más exitosas de la editorial, tomaron la misma decisión. ¿Qué fue lo que pasó? Dado que esta es una historia de autores, con lo que nuestro punto de partida es hablar de ellos.
Si no te suena de nada
Jim Lee, tienes que saber que se trata de una leyenda viva.