Un estudio recién publicado en la revista Urban Climate, ha revelado por primera vez que ciertos factores relacionados con el cambio climático podrían contribuir a que algunos embarazos se extiendan más allá de la semana 41.
La investigación analizó cerca de 400,000 nacimientos ocurridos entre los años 2000 y 2015, identificando una relación clara entre ciertos factores climáticos, como la contaminación por partículas finas (PM2,5) y el estrés térmico extremo, con embarazos que superan las 41 semanas. Este fenómeno se conoce como "embarazo prolongado" o "postérmino".
El estudio encontró que las mujeres expuestas durante el embarazo a niveles más altos de contaminación ambiental tenían una mayor probabilidad de experimentar un embarazo prolongado. Específicamente, aumentos en las partículas finas en el aire hacia el final del embarazo se relacionaron con un mayor riesgo de que el embarazo se prolongue.
El alimento que muchas embarazadas no toman lo suficiente para mejorar el desarrollo del cerebro del bebé
Esto significa que ciertos grupos poblacionales podrían ser especialmente vulnerables frente a estos factores climáticos extremos. Aunque es necesaria más investigación, estos resultados indican claramente que el cambio climático podría tener efectos más profundos en nuestra salud reproductiva de lo que pensábamos.