Empecemos hablando de lo que debería entenderse por sobrecarga
progresiva. Lo habitual es creer que la sobrecarga es algo que debe imponerse e incluso programarse con antelación de tal forma que incluso antes de empezar con una rutina de entrenamiento se conocen los incrementos de peso o repeticiones que van a ir realizándose sobre la marcha.Â
No obstante y aunque esto no fuera así del todo, sí que es cierto que la mayoría de personas entienden la sobrecarga
progresiva como una "variable" necesaria que debe imponerse para ir aumentando el estímulo poco a poco. No, así no funcionan las adaptaciones musculares y nerviosas. El juego no consiste en aumentar el estímulo semana a semana sino en mantenerlo intacto conforme nos vamos adaptando a él.Â
Debemos entender la sobrecarga como algo que debería ir sucediendo de forma natural si se han ido produciendo las adaptaciones musculares y nerviosas necesarias. Para que estas adaptaciones tengan lugar la dosificación y gestión del entrenamiento deben ser las correctas para cada persona en particular.Â
Dicho de otra manera, la sobrecarga
progresiva implica que el estímulo que habíamos previsto al comienzo se mantenga intacto. No se trata de incrementarlo sino de mantenerlo. Si la sobrecarga
progresiva sucede y, por lo tanto, somos capaces de hacer una repetición más aquí o allá o de meter un poco más de peso en los ejercicios, significa que el entrenamiento está funcionando.