Mi columna en
Invertia de esta semana se titula «El patetismo de los argumentos desactualizados» (pdf), y es un intento de visualizar lo perjudicial de determinados argumentos que nunca tuvieron carta de realidad, pero que siguen surgiendo entre personas ignorantes o simplemente desactualizadas.
Cuando este tipo de argumentos erróneos se convierten en habituales, determinan que un país como España se quede a la cola de la adopción de una tecnología fundamental en la mejora de la calidad de vida y de la lucha contra la emergencia climática, con todo lo que ello conlleva. En Noruega, ya es obligatorio que todos los taxis y vehículos de transporte de pasajeros sean eléctricos.
En la transición hacia un futuro más sostenible, una tecnología superior frente a los vehículos con motor de combustión interna. La combinación de avances tecnológicos, beneficios económicos y ventajas ambientales ha hecho que la industria de la automoción tradicional entre en la peor crisis de su historia, de la que muchas marcas, desgraciadamente, no serán capaces de salir. Mientras compañías como Ford o Volkswagen se debaten entre problemas cada vez más importantes, el futuro del automóvil está en algún punto entre la compañía que lo cambió todo, Tesla, y una pujante industria automovilística china que ya ofrece vehículos competitivos en todos los segmentos de precio.