El ejercicio físico se ha considerado ampliamente como una polipíldora capaz de avisar y tratar todo tipo de enfermedades. El
envejecimiento es una enfermedad en sí mismo a la que todos nos vamos a someter, pero nuestras células y funciones irán empeorando con el tiempo. Un nuevo estudio ha comprobado la eficacia del ejercicio físico pare advertir e incluso
revertir los efectos nocivos del
envejecimiento en el
cerebro.
El
envejecimiento produce cambios fisiológicos en múltiples sistemas del cuerpo que se van agravando a medida que nuestra edad es mayor. En los seres humanos, el
envejecimiento se asocia con una disminución tanto del bienestar físico general como de las capacidades cognitivas.
La sociedad ha insertado en su cultura que no poder caminar bien o tener demencia es algo normal, pero no lo es. Las enfermedades neurodegenerativas son comunes, pero no por ello tenemos que normalizarlas, porque aunque no se pueden reducir a cero, ni acercarse, sí que pueden disminuirse en gran medida.
Dentro del estilo de vida, el ejercicio físico es el hábito más estudiado por su efecto en la neuroprotección y neuromodulación, hasta el punto de ser capaces de modificar estructuras cerebrales por medio de el movimiento humano. Un nuevo estudio llevado a cabo en ratones ha resaltado el profundo impacto del ejercicio físico en el rejuvenecimiento de sus cerebros.