El disco que conforma la
vía Láctea tiene un diámetro de unos 100,000 años luz. Sin embargo no podemos simplemente decir que ese es el tamaño de nuestra galaxia. Existe un elemento que la hace (notablemente) más voluminosa. Se trata del halo Un elemento aún hoy casi desconocido.
Más que una nube difusa. Contrario a lo que su nombre parece indicar, este halo contiene más que gas, o polvo. En este extrarradio galáctico pueden encontrarse estrellas. Y de hecho los astrónomos lo hacen de vez en cuando.
El año pasado, un equipo de investigadores de la Universidad de California en Santa Cruz se topó con nada menos que 200 estrellas en esta región. Se trataba de estrellas variables RR Lyrae.
Algunas de ellas se encontraban a más de un millón de años luz de nuestro sistema solar. Esto es casi la mitad de la distancia a la que se encuentra Andrómeda, la galaxia más cercana a la nuestra (excluyendo a las galaxias satélite). De hecho, si tenemos en cuenta sus respectivos halos, puede decirse que nuestra galaxia prácticamente se roza con la vecina.
Telescopios de todo el mundo trabajaron juntos en esta imagen: el agujero negro de la
Vía Láctea y sus campos magnéticos
El halo galáctico. El halo de nuestra galaxia cuenta con una densidad notablemente baja de estrellas.