El entrenamiento por intervalos realizados a alta intensidad es popular entre los entusiastas del fitness, los atletas y los defensores (como yo) de la salud pública a través del movimiento. El problema es que hay poblaciones que no pueden llegar a esa alta intensidad y que los altos volúmenes se asocian a altas tasas de abandono. Por esas causas se busca la manera de dar el máximo estímulo con el mínimo volumen, y una corriente científica se está ocupando de ello. Lo que hacen es mezclar la restricción del flujo sanguíneo con la alta intensidad y están obteniendo resultados muy interesantes.
El entrenamiento con restricción del flujo sanguíneo es una estrategia poco conocida para que nuestra musculatura se estimule de manera distinta cuando entrenamos. Puedes profundizar sobre ella en el enlace resaltado previo o además en este artículo anterior de Vitónica.
Muy resumidamente, el entrenamiento con restricción de flujo sanguíneo lo que hace es utilizar una especie de manguitos en brazos y piernas para restringir parcialmente el flujo de salida venoso de los músculos que trabajan. Sí que deja entrar parcialmente sangre, pero no salir, por decirlo de modo muy reduccionista.
Un grupo de autores de diferentes países como China, Australia y Emiratos Árabes publicaron hace apenas unos días en Journal of Sport and Health Science una revisión sistemática y metanálisis sobre la mezcla de alta intensidad y restricción de flujo sanguíneo.