Durante las últimas tres décadas, ha habido una epidemia sostenida de obesidad infantil y adolescente. En la
Región Europea de la
Organización Mundial de la Salud, el sobrepeso y la obesidad afectan a casi uno de cada tres niños (29% de los niños y 27% de las niñas). Una muy extensa publicación reciente detalla la renovación del pirámide nutricional que debemos seguir en nuestro día, explicando con sumo detalle qué deben comer nuestros hijos y cuál ha de ser su estilo de vida.
El exceso de peso corporal es relevante a edades más tempranas porque predice resultados adversos para la salud a lo largo de la vida, incluidas las enfermedades cardíacas, la hipertensión, la dislipidemia, la diabetes, los accidentes cerebrovasculares, ciertos tipos de cáncer y la osteoartritis.
Las comorbilidades de la obesidad, como la diabetes mellitus tipo 2 (DM2) y la depresión, no son infrecuentes en los adolescentes con obesidad. Además, la obesidad en los niños está fuertemente asociada con la baja autoestima y una imagen corporal negativa.
La evidencia científica ha demostrado ampliamente que la dieta y el ejercicio físico son la base para avisar y tratar la obesidad infantil y adulta. Dietas como la mediterránea está inversamente relacionada con el sobrepeso y la obesidad.