Las superseries de antagonistas fueron una técnica de entrenamiento ampliamente empleada por los culturistas clásicos, incluidos nombres como
Arnold Schwarzenegger, quien no solo las utilizaba, sino que además las defendía. Esta técnica es fácil de comprender: consiste en realizar de manera consecutiva dos ejercicios que trabajen músculos opuestos (antagonistas), sin descanso entre ellos, excepto al finalizar ambos ejercicios.Â
Por ejemplo, se podría comenzar con un curl de bíceps para laborar el bíceps y luego, de inmediato, hacer un press francés para trabajar el tríceps. El descanso solo se realizaría al finalizar el segundo ejercicio, y luego el ciclo se repetiría.
Este enfoque no solo se ha relevante por su capacidad de economizar tiempo, sino que además se ha sugerido que mejora la activación de los músculos antagonistas involucrados, debido a un fenómeno fisiológico denominado inhibición recíproca. Sin embargo, aunque efectivamente ocurre la inhibición recíproca, este aspecto no justifica su aplicación puesto que una mayor activación no lo es todo para ganar masa muscular: se necesita activación (reclutamiento) y tensión mecánica pero esta última se reduce debido a la fatiga central ,tal y cómo veremos.Â
En este artículo vamos a explicar qué sucede realmente al realizar superseries de antagonistas y cómo, a pesar de su eficiencia en cuanto a tiempo, no son necesariamente la opción más eficaz para aumentar la masa muscular.