Hay videojuegos que no puedes entender hasta que los juegas. No importa cuánto tiempo inviertas en
YouTube,
Twitch y/o hablando con los jugadores. Tienes que vivirlo para entender por qué tantas personas vuelven a diario... pese a todos los problemas y defectos.
Star Citizen es uno de ellos, uno de tantos y tan único entre ellos.
No es mi primer viaje espacial. Hace tiempo que di mis primeros pasos con mi humilde RSI Aurora MR Invictus (Aurora MR), pero he encontrado amigos por el camino que me han llevado en naves increíbles, desde la increíble Polaris hasta la monstruosa Reclaimer. Esta última técnicamente no era nuestra, porque la robamos recientemente en un asalto de dudosa legalidad.
Pero no he sido constante, más bien he realizado varias incursiones separadas en el tiempo. Esta semana ha sido el tiempo más prolongado que he jugado a
Star Citizen (alrededor de 10 horas) y quiero creer que seguiré así durante una temporada. Y ha sido genial porque he vivido aventuras muy variadas.
Jugar a
Star Citizen esta semana ha sido un auténtico ejercicio de voluntad debido a todos los problemas que tiene en la actualidad. Es un juego en desarrollo. Sabía dónde me metía. Sin embargo, he disfrutado muchísimo. Los momentos memorables compensan las adversidades. Tampoco es que necesites demasiado cuando estás en tu salsa. Seguro que muchos fans entendéis a qué me refiero.