Los
Cinéfilos De Verdad permanentemente han necesitado un blanco para sus bromas, que normalmente se basan en no aceptar lo que les gusta a otras personas y que, por tanto, consideran ridículo (en lugar de, simplemente, decir "No es para mí" y pasar a otra cosa). Y quizá el mayor ejemplo de esta necesidad de crear comunidad en torno a la mofa sea 'Crepúsculo', la película de 2008 que recibió burlas de todo tipo -unas justas, otras no tanto- mientras recaudaba, entre sus cinco filmes, más de 3000 millones de dólares frente a un gasto de solo 401 millones. Así se aguantan mejor las carcajadas, la verdad.
Todos sabemos que la saga 'Crepúsculo' tenía sus cosas ridículas, pero su público objetivo las disfrutó, así que entendieron perfectamente lo que se pedía de ellas y qué necesitaban hacer para convertirse en un éxito. Ojalá decir lo mismo de la mayoría de películas. Incluso Robert
Pattinson, aunque a estas alturas ha demostrado ser un actor interesado en hacer todo tipo de cine, sigue siendo considerado por algunos como "el vampiro que brilla", ha dicho en una entrevista con GQ España que va siendo hora de pasar página y de dejar de hacer el ridículo.
Me fascina que la gente siga diciéndome: "Tío,
Crepúsculo arruinó el género de vampiros".