Estamos todos de acuerdo en que la inmensa mayoría de ejercicios que realizamos en el gimnasio constan de dos fases diferenciadas: una excéntrica en la que el músculo se estira y otra concéntrica en la que el músculo se acorta.
Fisiológicamente no se comportan como un "todo" o como las dos caras de una misma moneda ya que cada una supone un estímulo diferente para nuestras fibras musculares y por lo tanto genera
efectos diferentes a nivel de hipertrofia muscular. En este artículo te explicamos lo que debes saber sobre la tensión mecánica
activa y
pasiva y sobre los
efectos que tienen en nuestros músculos.
Cómo te sientes al acabar una serie es más relevante que las repeticiones que haces o los kilos que levantas
¿Pueden crecer las fibras musculares sin ser activadas? Sí, pero solo si realizamos estiramientos estáticos que impliquen llevar al músculo a longitudes máximas. Esto sucede gracias a la tensión mecánica
pasiva que experimentan los sarcómeros de nuestras fibras musculares al estirarse sobrepasando cierto umbral. Los sarcómeros son la unidad funcional de nuestras fibras que provocan la contracción muscular. Pues bien, sin ni siquiera activarse pueden llegar a generar hipertrofia solo a través de un estiramiento estático forzado.
Atentos ahora al siguiente matiz. ¿Pueden crecer las fibras musculares sin ser activadas durante los ejercicios de fuerza que hacemos en el gimnasio? No, nunca.