Para muchas personas el acto de ir a entrenar es un acto de introspección. Estas personas encuentran la satisfacción en el hecho de entrenar solas, ya sea en silencio o con música. Por otra parte hay personas a las que siempre podemos ver acompañadas en los gimnasios, ya sea en pareja o en grupo, porque encuentran motivador y estimulante el hecho de tener gente alrededor que les pueda animar en momentos clave.