ChatGPT, como el resto de chatbots del mercado, tienen un problema: no saben guardar secretos. Eso es un problema para muchas empresas a la hora de usarlos, pero lo es aún más para agencias gubernamentales de seguridad.
Los servicios secretos de EEUU precisamente querían aprovechar las ventajas de los modelos de IA generativa, pero evitando esos riesgos, y ahora ya tienen lo que buscaban: algo así como un "ChatGPT para espías".
Lo han logrado gracias a
Microsoft, que ha desarrollado un modelo de IA generativa totalmente desconectado de internet y que permite ser aprovechado para analizar información de alto secreto.
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Según indica William Chappell, responsables del departamento de misiones estratégicas en
Microsoft, es la primera vez que un LLM ha sido usado de esa forma, ya que la mayoría de ellos dependen de los servicios de la nube para aprender e inferir patrones de los datos.
El desarrollo de los de Redmond está basado en GPT-4 y se ha implantado en una "nube privada" y aislada de internet, lo que normalmente se conoce como "air-gapped". La CIA ya creó un chatbot hace unos meses para analizar información no clasificada, pero la comunidad de inteligencia necesitaba trabajar con datos mucho más sensibles.