Los avances en la incorporación de algoritmia a la robótica industrial están empezando a resultar cada vez más llamativos, especialmente en aquellas industrias en las que la variabilidad es muy elevada y la precisión resulta fundamental.
Así, si a finales del año pasado algunos directivos de la industria cárnica aún manifestaban que su sector estaba claramente rezagado en la incorporación de robótica y seguía dependiendo fundamentalmente de trabajadores humanos para la mayoría de los procesos, empezamos a encontrar, tan solo unos pocos meses después, anuncios que ilustran cómo el desarrollo de la visión computerizada y el machine learning se convierten en capaces de automatizar operaciones como el despiezado de una vaca, un cerdo o un pollo (aquí enlace abierto), hasta el punto de superar en su rendimiento a los trabajadores humanos.
El trabajo en un matadero es no solo especialmente duro y desagradable, sino que además, requiere una gran experiencia para ser realmente productivo, lo cual es un problema teniendo en cuenta que, por lo general, se trata de una industria sometida a una rotación de personal elevada. A la hora de despiezar un animal, dejarse un poco de carne pegada al hueso por un corte dado de manera no precisa genera un aprovechamiento inferior que, a base de acumularse, puede llegar a suponer pérdidas significativas.