El abogado y activista austríaco
Max Schrems, que ha obtenido importantes triunfos judiciales para la privacidad de los ciudadanos europeos frente a compañías norteamericanas como
Meta y otras explotando al límite las posibilidades del marco legal europeo, pone ahora sus ojos y los de su organización, European Center for
Digital Rights (NOYB), en las aplicaciones chinas dedicadas a las redes sociales y al comercio electrónico como TikTok, WeChat, AliExpress, Shein, Temu o el fabricante de electrónica de consumo Xiaomi.
Hablamos de apps cada vez más populares en los países europeos y en todo el mundo, pero que exportan los datos personales de sus usuarios a su país de origen, en donde no pueden ser protegidos de manera realista por ser considerado China como un estado de vigilancia autoritario en el que su gobierno tiene permanentemente la puerta abierta para reclamar datos de sus empresas. De hecho, cuatro de ellas admiten abiertamente que envían datos personales de ciudadanos europeos a China, mientras que las otras dos afirman que transfieren datos «a terceros países» no revelados, que parece razonable suponer que incluyan a China.
La legislación de la Unión Europea en ese sentido es clara: las transferencias de datos fuera de la Unión Europea solo están permitidas si el país de destino no socava la protección de los datos, algo imposible de garantizar en el caso de China.