Se cumplen diez años de uno de los estrenos más injustos que ha presenciado la industria cinematográfica en lo que llevamos de siglo. Este no es otro que el de la primera entrega de 'John Wick', titulada en nuestra tierra como 'Otro día para matar' y cuyo estatus de filme de culto no está reñido con haber debutado con un "directo a televisión" que no hace justicia ni a su enorme calidad ni a su prolífico legado.
En pleno 2024, hablar de 'John Wick' es hacerlo de una franquicia tan rentable como elogiada por propios y raros. Una colección de cuatro películas y una serie con visos de continuar expandiéndose hasta en formato anime, pero que ha marcado el cine de acción moderno con su sentido ultraestilizado de la acción y con unas setpieces a la vanguardia del medio.
Pero todo tiene un origen, y en este caso no fue otro que un guión escrito por Derek Kolstad que leyó Keanu Reeves a comienzos de la pasada década. El libreto le llamó poderosamente la atención, y en una entrevista con IndieWire, en la que ha coincidido con los otros padres de la criatura, los directores Chad Stahelski y David Leitch, ha explicado por qué.
"Lo que me llamó la atención fue la premisa. Me encantó esa idea de un mundo detrás del mundo y de un personaje que pensamos que es de una manera pero que en realidad es de otro tipo. Me encantó que tratara sobre el duelo. Para mí, todo giraba en torno al duelo, el amor y la amistad, pero además al lado oscuro.