Hace una semana compartí una historia a nivel personal de cómo una anfitriona de un apartamento en
Punta Cana,
República Dominicana, quiso que yo pagara 50 euros extra al irme. Aunque suena a la gran estafa del año, estoy segura de que a otra gente le puede sacar mucho más y además de que es algo sistemático.
Tengo que decir que el equipo de atención al usuario de
Airbnb fue muy comunicativo todo el tiempo, llegando a llamarme por teléfono además de las conversaciones del chat que yo solicité, para ver que todo estaba bien. Una cosa que valoro mucho de esta plataforma frente a otras es, de hecho, este servicio de atención directo y eficiente, que permite la comunicación por varias vías.
Así es cómo una anfitriona de
Airbnb me quiere estafar dinero, de forma muy sutil (y estoy segura que lo hace a todos)
Me libré de pagar y también denuncié el perfil por estafa. Como os comentaba en el anterior artículo, al salir de la casa me pidió 30 euros por tarifas de limpieza cuando, por políticas de
Airbnb, ese dinero tiene que ir especificado ya cuando haces la búsqueda de alojamientos. De todos modos, me han dicho que la noticia seguirá online, pero que educarán a la anfitriona en el uso de la plataforma para evitar que otras personas pasen por esto. Y no pude cambiar mi reseña para alertar a otra gente de que no recomiendo el lugar, solo la pude eliminar.