Hollywood olvida y perdona con muchísima rapidez. Le pasó a
Tom Cruise, le pasó a
Winona Ryder y, en tiempo récord, le ha pasado a los
Globos de Oro, que a continuación de estar cancelados en 2022, donde tuvieron que dar los premios casi de tapadillo, ya se han recuperado del todo y han vuelto a ser "la antesala de los Óscar", ese término que da tanta rabia y que, al mismo tiempo, es tan certero. Pero, en este caso, la famosa "antesala" lo que ha hecho es liarnos todavía más cualquier posible expectativa que tuviéramos sobre lo que va a ocurrir el 3 de marzo. ¿Creías que 'Anora' tenía el camino hecho y Mikey Madison iba a arrasar con todo? Bueno, pues quizá sea el momento de darle una vuelta. Sí, otra más.
A continuación del absoluto desastre de Jo Koy el año pasado, con un monólogo que pasará a la historia de la infamia de las galas de premios, Nikki Glaser ha sabido batear perfectamente, con diez minutos iniciales en los que no ha parado de lanzar puyas constantes a los asistentes. Sí, no ha sido Ricky Gervais (y, francamente, ni falta que hace), pero chistes como "Estoy en una habitación llena de productores, en un hotel, ¡y esta vez tengo toda mi ropa!" o "Zendaya, estabas increíble en 'Dune 2', me desperté en todas tus escenas" muestran que no estaba dispuesta a pasar desapercibida.