Google acaba de anunciar unos resultados financieros que en cualquier otro momento serían motivo de celebración. Ingresos un 12% superiores, beneficios disparados un 28% y su división
Cloud creciendo al 30%. Pero
Wall Street ha respondido con una caída del 7% de su acción en la preapertura.
Entre líneas. La inversión de 75,000 millones de dólares en IA para 2025, un 47% por encima de lo esperado, no se lee como demostración de fuerza sino como reacción defensiva.
Google está gastando más que nunca para defender su territorio, mientras competidores como DeepSeek han demostrado que se puede innovar en IA con mucho menos.
- Ingresos: 96,470 millones de dólares (+12%).
- Beneficio neto: 26,540 millones (+28%).
- Google Cloud: 11,960 millones (+30%).
- Inversión en IA: 75,000 millones previstos para 2025.
El telón de fondo. Por primera vez en su historia, Google está a la defensiva. La amenaza de la IA generativa a su negocio de búsquedas es real y la empresa se ve forzada a reaccionar ante innovaciones de competidores más pequeños. Un escenario impensable hace dos años.
El gigante que cambió Internet ahora está persiguiendo a otros, con competidores como DeepSeek demostrando que se pueden crear modelos competitivos con una fracción de la inversión.
Punto de inflexión.