El prestigioso profesor de
Harvard, Arthur C. Brooks, propone en su último libro La madurez inteligente una reflexión profunda sobre cómo enfrentar los cambios que llegan con la edad. Sus enseñanzas sobre la transformación después de los 40 años encuentran eco en las experiencias de algunos de los líderes más influyentes del mundo tecnológico. Los más cercanos son
Tim Cook o
Bill Gates, que, ya bien entrados los 60 años, siguen dedicándose en cuerpo y alma a su trabajo.
"Muchos sufren en la madurez porque escogieron ser especiales en lugar de felices", sentencia Arthur Brooks. Él mismo conoce de primera mano el coste de priorizar el éxito por encima de todo lo demás. Su historia personal es un testimonio vivo de esta realidad: trabajó entre 70 y 80 horas semanales durante casi toda su carrera. "Me gustaba trabajar y elegí triunfar, dar conferencias y recibir aplausos".
El precio de esta elección fue alto, especialmente en el ámbito familiar. "Cuando mis hijos eran pequeños no paré de viajar, así que, cuando llegaba a casa, apenas me conocían. Luego crecieron y se independizaron, así que ahora he tenido que esforzarme mucho para conocerlos y para que me conozcan". Esta experiencia le llevó a un cambio radical en su vida. Ahora, y en su día a día vive con uno de sus hijos y su familia.
Esta realidad es especialmente visible en Estados Unidos, un país con una alta tasa de adicción al éxito.