La
Navidad ha llegado a su fin dejando un nuevo año y muchas promesas que cumplir. Pero antes hay que deshacerse del producto de tanto exceso: grasas de más, restos de alcohol, azúcar, toxinas... ¿Qué mejor que una
dieta detox para comenzar bien el año? En realidad, existen cientos de
opciones más saludables.
Las dietas
detox no son lo que parecen ni tampoco sirven para lo que prometen. Hoy os explicamos qué son, qué no son y por qué huir de ellas si queremos empezar mejor en 2019. Spoiler alert: el truco está en adquirir hábitos saludables.
La palabra
detox viene de detoxificación, es decir, eliminar toxinas. En el acervo cultural, las toxinas son esas sustancias "malas" producidas por los excesos, la mala alimentación y los productos peligrosos para la salud. Esta interpretación no es correcta, como veremos más adelante.
Sin embargo, las dietas o planes
detox consisten en cambios alimenticios puntuales, que pueden durar de varios días a semanas, y que suelen estar relacionados con zumos y batidos especiales. Estos batidos están confeccionados con frutas y verduras normalmente, restringiendo la cantidad de grasas y eliminando los azúcares.
Las bebidas "detox" contienen sustancias que consideramos beneficiosas: antioxidantes, fibras vegetales, agua y nutrientes. A estos batidos se les atribuyen todo tipo de bondades fisiológicas para la salud, aunque se suelen englobar en una frase simplista: "Sirven para limpiar tu organismo".